Es una actividad para hacer con niños entre seis y doce meses, que aún no caminen. Se realiza con una cesta de mimbre consistente, grande y baja de altura, para que los niños puedan visualizar todos los objetos y cogerlos sin ninguna dificultad para explorarlos. En el cesto ponemos todo tipo de objetos de la vida cotidiana diferentes entre ellos tanto el la textura, olor, tacto y oído. Los objetos deben ser de un tamaño que no se puedan tragar, ni puntiagudos para que no se puedan hacer daño, etc., y estar en continua revisión e higiene.
Los niños de hoy en día están acostumbrados a jugar siempre con juguetes de plástico (tienen la misma textura, olor, sabor, etc.). Con esta propuesta de juego, tienen la posibilidad de descubrir nuevos objetos y nuevas sensaciones a través de la vista, del olfato, del tacto, del oido y del movimiento. También promueve la capacidad de elección.
En el siguiente enlace encontrarás con más detalle en que consiste, cómo llevar a cabo la actividad, un listado concreto de los materiales y una recomendación de un libro que profundiza este tema.
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